
De nuevo florece el árbol del amor
vistiendo de belleza mi interior.
Demasiada belleza, pienso,
más propia de la juventud,
cuando invade el deseo.
A mis espaldas llevo
los años muertos,
ellos me abrieron
nuevas formas de amar.
Y recuerdo los huertos.
Tan necesarios, ellos,
ciertamente, son bellos
huertos degradados de mi entorno
no dejéis de existir,
enterrad el cemento.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel

A la gente que valora, cuida y procura vida.